Enseñar no tiene nada que ver con la autoridad, tiene que ver con la generosidad y la humildad. Generosidad al compartir por un lado la experiencia y por otro la necesidad de aprender. Humildad porque se crece desde las preguntas y no desde las respuestas absolutas.
Enseñar no puede ser unidireccional: el tiempo compartido durante una clase tiene que alimentar tanto a quien transmite como a quien recibe.
Primordial es reconocer a quien tienes frente a ti. Descubrir qué busca, qué necesita, cuáles son sus límites, sus capacidades, sus anhelos. Por ello, la esencia de la enseñanza es observar, escuchar, preguntar y encontrar la palabra y la imagen justas para explicar tu experiencia.
Me apasiona enseñar, dando clases recibo tanto como lo que doy:
- En la Escuela de Música de la Schola Cantorum Basiliensis donde todo son posibilidades de desarrollarse humana y musicalmente.
- En el Monasterio de Hautrive donde la comunidad de monjes cistercienses me ha abierto sus puertas y sus corazones.
- Con el Ensemble Cantaderas y el proyecto Dando Voces, dando vida a melodías a las que grupos de mujeres dan voz allá donde nos invitan.
- En la Escuela de Música Medieval y de Tradición Oral de Madrid dirigida por Paloma Gutiérrez, donde tratamos de reconstruir repertorios olvidados.
Gracias a tod@s vosotr@s!